Estos 5 platillos son más que comida: son memoria servida en la mesa.
Pan de muerto Con su forma redonda y decoraciones que simbolizan huesos, representa el ciclo de la vida y la muerte. Es el alimento más icónico de la ofrenda.
Mole poblano Mezcla de chiles, especias y chocolate. Simboliza la fusión de culturas y el esfuerzo amoroso que implica preparar algo complejo para los difuntos.
Tamales Hechos de maíz, base sagrada en la cosmovisión indígena. Representan protección, abundancia y tradición familiar.
Calabaza en tacha Cocida con piloncillo y canela, evoca dulzura, cosecha y el calor del hogar.
Calaveritas de azúcar Con nombres escritos, recuerdan que la muerte no es temida, sino reconocida con humor y cariño.
En cada altar, la comida es un puente. Un gesto de amor que dice: ‘Aquí estamos, te recordamos, te celebramos’. Este Día de Muertos, sirve con el corazón y deja que el aroma guíe a quienes vuelven.
Tradición dedicada al recuerdo: artesanías del día de muertos








