Un grupo de científicos del proyecto Bionic and The Wires tomó un hongo silvestre y lo conectó a un sistema de brazos robóticos. Estos brazos responden a los impulsos eléctricos naturales del hongo, traduciendo sus señales en movimientos musicales. El resultado: una improvisación sonora que parece salida de otro mundo. El hongo “siente” y “toca” el piano, creando melodías únicas, como si la naturaleza tuviera su propio lenguaje musical.
El video se volvió viral en TikTok y YouTube, con miles de comentarios como: “¡Esto es arte vivo!”, “¿Estamos escuchando al bosque?”, “¿Y si los hongos tienen ritmo?” Expertos en bioarte celebran el proyecto como una forma de conectar tecnología y naturaleza, mientras que músicos experimentales ya sueñan con conciertos, donde los protagonistas sean organismos vivos.
Este hongo no tiene oídos, pero tiene ritmo. Y con ayuda de la robótica, nos recuerda que la música puede nacer en los lugares más inesperados.
Mordido por una pitón en su cumpleaños: el susto viral desde Australia








