El precopeo, copeo y malacopeo

¿Sabías que el cerebro termina de desarrollarse a los 25 años en mujeres y hombres? Cuando hay consumo de alcohol, tabaco o drogas antes de esa edad, el cerebro crea redes neuronales ligadas a la dependencia, porque la química cerebral se acostumbra. Así nace la adicción: silenciosa, lenta… pero implacable. Y sí, que sea socialmente aceptado no lo hace menos peligroso.

Aquí va la brújula para saber en qué rango estás tú:

• Bebedor pasivo: no consumes alcohol, pero cargas las consecuencias de quienes sí lo hacen. Puedes enfrentar acoso, abuso sexual, agresiones físicas, riñas o accidentes automovilísticos —cada año 10 mil personas mueren y 25 mil quedan con heridas severas o discapacidad por estas causas.

• Bebedor social: tomas solo en eventos, fiestas o reuniones… pero no sabes dónde está el freno. No bebes seguido, pero cuando lo haces, te pasas de largo. Te luces como “el alma de la fiesta”, aunque tu cuerpo pague la factura.

• Alcohólico: bebes diario para sentirte “bien”, aunque no siempre te emborraches. Esto genera dependencia física y psicológica. Enfermedades como hepatitis, cirrosis, pancreatitis o cáncer suelen llegar después, sin pedir permiso.

Según la Comisión Nacional contra las Adicciones, el consumo nocivo y excesivo de alcohol creció 93% entre 2011 y 2016, y en mujeres llegó a un alarmante 205%. Además, el consumo inicia desde los 10 años.

Un recordatorio duro, pero necesario. Porque el futuro también se construye con decisiones que sostienen la vida, no que la fracturan.