Con las pasadas lluvias, el cauce se puso hambriento y ya le dio las primeras mordidas a las orillas donde viven decenas de familias...

“Este año de que nos dimos cuenta que había un socavón y que queríamos que nos ayudaran, hicimos trámites desde el mes de febrero de este año avisamos a la autoridades municipales y no nos hicieron caso”, vecino afectado.

Los vecinos aseguran que el deslave ya se tragó más de ocho metros de tierra, árboles y hasta el andador donde antes paseaban al perro... Hoy solo queda el perro… el perro vacío.

Calle Quetzalcóatl en pésimas condiciones en Tlaltizapán