Con esta temporada de lluvias, cada auto que pasa parece contarle su historia: se hunde, se abre y provoca sustos a los conductores de Cuernavaca. Las llantas sufren, los frenos gritan, y los vecinos sólo pueden suspirar. Lo único seguro es que este bache no piensa irse, y nosotros tampoco vamos a quedarnos callados.

JUSTO EN EL BLANDO: Una calle que se divide en dos municipios, pero del lado de Cuernavaca está en pésimas condiciones