Un token en los pagos puede sustituir los números reales de las tarjetas de crédito o de las cuentas bancarias, evitando que estos datos sensibles sean visibles durante una transacción. En teoría, es un escudo digital elegante y moderno.
Sin embargo, esta modalidad —implementada en México desde hace aproximadamente cinco años— no solo ha resultado cómoda y práctica para los usuarios, sino también atractiva para los amigos de lo ajeno.
Autoridades y especialistas han alertado sobre el llamado robo fantasma, una nueva forma de fraude que permite clonar tarjetas o realizar cargos automáticos a tarjetas y teléfonos celulares sin que la víctima lo note de inmediato. Silencioso, rápido y casi invisible.
Este tipo de robo se ejecuta mediante lectores inalámbricos portátiles o teléfonos móviles modificados, que captan la señal de pago al acercarse a menos de 10 centímetros. Espacios como el transporte público, conciertos o plazas comerciales se convierten en el escenario perfecto: mucha gente, poco espacio y cero sospechas.
Expertos en ciberseguridad advierten que guardar tarjetas o celulares en bolsillos traseros facilita la detección de la señal NFC. Por ello, recomiendan ingresar a la banca en línea para apagar las tarjetas, desactivar la función de pago NFC cuando no se use y revisar los estados de cuenta de forma periódica.
Ante cualquier cargo sospechoso, es fundamental reportarlo de inmediato al banco y a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF). En esta era digital, la prevención no es paranoia: es sentido común.