Tlayacapan guarda una profunda tradición alfarera, es un oficio que ha sobrevivido al paso de los siglos y que aún hoy se transmite de generación en generación. Sin embargo, el regateo y la falta de reconocimiento económico han provocado que las nuevas generaciones pierdan interés en continuar con este legado.
El proceso de la alfarería es tan complejo como delicado. Para lograr una buena pieza, se mezcla tierra de diferentes tipos con agua y plumilla, ingredientes que dan vida a objetos como comales, cántaros y utensilios tradicionales que han acompañado a la comunidad durante siglos. La arcilla debe extraerse y molerse para eliminar impurezas, luego se combina con agua hasta obtener una textura moldeable, ajustando la consistencia según la forma y función de cada creación.
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