Este pueblito tiene su encanto propio. En el centro de San Andrés de la Cal encontrarás dos templos rodeados de jardines y un kiosco que le da esa vibra tranquila y muy de comunidad.
La agricultura es su actividad principal, así que no es raro ver sembradíos verdes por todos lados. Además, el poblado está enmarcado por dos imponentes guardianes naturales: el Cerro de la Cruz y el Cerro de la Corona, también conocido como Barriga de Plata, perfectos para fotos y para disfrutar del paisaje.
Un destino chiquito, auténtico y con mucho sabor.
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