Este año, el caldo de huesos se volvió tendencia entre quienes buscan nutrirse de forma natural. No es casualidad: es ideal para romper el ayuno matutino porque está cargado de beneficios reales.
Este caldo es una bomba de vitaminas y minerales como calcio, fósforo, magnesio, potasio y zinc. Ayuda a fortalecer el sistema inmune, mejora la piel, da soporte a huesos y articulaciones, y hasta le da un boost al cabello, los dientes y las uñas.
Prepararlo es más fácil de lo que parece: elige huesos con médula, carne y cartílago (pollo, res, cerdo o pescado). Lávalos bien con agua corriendo y fría. Si usas huesos de cerdo, algunos recomiendan hornearlos con un chorrito de aceite para intensificar el sabor, pero no es obligatorio.
Ponlos en una olla a fuego lento de 8 a 12 horas o, si tienes olla de presión, de 2 a 3 horas. Agrega media cebolla, dos zanahorias, ajo, laurel, perejil o tomillo y dos cucharadas de vinagre de manzana. Retira la espuma que vaya apareciendo.
Cuando termine la cocción, cuela el caldo por completo, deja enfriar, refrigera y retira la grasa sólida (puedes guardarla para otras recetas).
Refrigerado dura 5 días; congelado en cubos, hasta 6 meses.