El aceite esencial de romero, usado desde tiempos de las abuelas, es famoso por estimular la circulación en el cuero cabelludo, fortaleciendo las raíces y previniendo la caída. ¿Cómo usarlo? Mezcla unas gotas con aceite de coco o almendra, masajea suavemente, deja actuar 30 minutos y enjuaga.
Por otro lado, el aloe vera, esa planta que muchas y muchos tienen en su patio, no solo calma quemaduras. En el cabello, hidrata a profundidad, ayuda a regenerar el cuero cabelludo y evita que el pelo se quiebre. Basta con aplicar su gel fresco directamente en la raíz.
Lo mejor: son opciones naturales, accesibles y que conectan con los saberes de nuestros pueblos.
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