Si buscas dejar los refrescos sin renunciar a algo burbujeante y refrescante, el kéfir de agua es una gran opción. Esta bebida probiótica es naturalmente efervescente, ligera y baja en azúcar, además de ayudar a la digestión y fortalecer el sistema inmune.
Gracias a su proceso de fermentación, aporta bacterias benéficas, minerales y una hidratación efectiva sin aditivos artificiales. Se puede tomar solo bien frío, después del ejercicio o como base para bebidas con frutas, jengibre o limón. También es ideal para preparar cócteles sin alcohol y personalizados. Una opción saludable, sin lácteos y apta para veganos, que combina sabor y bienestar.