Durante septiembre es muy común ver las flores de pericón adornando altares, ventanas y puertas. Muchos las colocan como parte de una tradición que busca atraer buena energía y alejar lo negativo, pero ¿qué pasa cuando se secan?
A pesar de que ya perdieron su color intenso y aroma, las flores de pericón secas siguen teniendo un simbolismo especial. En lugar de tirarlas directamente a la basura, existen otras maneras de aprovecharlas, sobre todo si las usaste con una intención de protección.
¿Qué hago con las flores de pericón secas?
No las tires, aunque la flor parezca que ya no tiene vida; se cree que conservan sus poderes de protección y hay quienes dicen que la cruz se debe dejar todo el año hasta el siguiente 29 de septiembre, cuando es momento de cambiarlas.
Pero si no te sientes cómoda con la idea de dejarlas un año completo, puedes enterrarlas en una maceta o jardín, ya que se reintegran fácilmente a la tierra. Otra opción es quemarlas con cuidado, dejando que el humo se lleve cualquier energía negativa que haya quedado en casa, o si prefieres algo más sencillo, simplemente guárdalas en una bolsita de tela y colócalas en un rincón de tu hogar, como símbolo de protección.
¿Por qué se cree que las flores de pericón protegen de malos espíritus?
La flor de pericón se usa desde tiempos prehispánicos, esta flor era utilizada en rituales de protección para las cosechas y en ofrendas como al dios de la lluvia.
Se cree que su aroma ahuyenta a las malas energías y brinda poderes de protección y buena suerte. En Morelos, la flor fue adoptada por creyentes que, año tras año, colocan una flor en puerta y ventanas para evitar que el mal entre a sus hogares el día de San Miguel Arcángel.
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