Recientemente, un animal muy característico de la Ciudad de México cumplió 35 años de haber nacido, por lo que en el Zoológico de Chapultepec llevaron a cabo un gran festejo. Hablamos de Xin Xin, la última panda gigante no sólo de México, sino también de toda América Latina. Sin embargo, su edad es muy avanzada, pues la esperanza de vida de esta raza es de aproximadamente 25 años.
Esto significa que muy pronto nos tendremos que despedir de este ejemplar, por lo que a algunos internautas les podría surgir la siguiente pregunta: ¿qué sucede con los animales de los zoológicos cuando mueren? Te lo explicamos a continuación.
¿Qué pasa con los animales de los zoológicos cuando mueren?
Cuando un animal muere en un zoológico, se sigue un procedimiento específico que varía según la institución, las regulaciones locales y las circunstancias de la muerte, pero generalmente incluye los siguientes pasos:
Notificación y registro: La muerte del animal es reportada de inmediato al personal veterinario y a los responsables del zoológico. Se registra en los sistemas internos, incluyendo detalles como la fecha, hora y posibles causas iniciales observadas.
Necropsia: En la mayoría de los casos, se realiza una necropsia (autopsia animal) para determinar la causa de la muerte. Esto es crucial para identificar si fue por enfermedad, vejez, lesión, o factores externos, y para prevenir riesgos en otros animales como enfermedades contagiosas. La necropsia la realiza un veterinario especializado, y los resultados se documentan.
¿El cuerpo del animal se incinera o es sepultado?
Dependiendo de las regulaciones locales y el tipo de animal, el cuerpo puede ser:
- Incinerado: Método común para evitar la propagación de enfermedades y cumplir con normas sanitarias.
- Enterrado: En algunos casos, si las leyes lo permiten y el zoológico cuenta con espacio adecuado.
- Donado para investigación: Si el animal es de una especie de interés científico, el cuerpo puede enviarse a universidades o centros de investigación.
- Procesado para alimentación: En raros casos, si el animal no murió por enfermedad y las regulaciones lo permiten, partes del cuerpo pueden usarse para alimentar a otros animales carnívoros del zoológico.
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