El papel picado es uno de los elementos más representativos de las ofrendas de Día de Muertos en México. Su origen se remonta a antiguas tradiciones prehispánicas donde se utilizaban papeles de amate para rendir tributo a los dioses; con el tiempo, el papel de china cortado con figuras se integró a los altares como símbolo de celebración, respeto y conexión entre el mundo de los vivos y los muertos.
Más allá de lo visual, los colores del papel picado tienen un significado espiritual que complementa la intención de cada ofrenda. Cada tono representa una emoción, una etapa de la vida o un elemento sagrado dentro de la tradición mexicana.
¿Qué significa cada color del papel picado en la ofrenda?
- Morado: representa el duelo, la penitencia y la conexión con el mundo espiritual.
- Naranja: simboliza el luto indígena y la luz que guía a las almas hacia el altar.
- Amarillo: asociado con el cempasúchil, representa el sol y la esperanza del reencuentro.
- Blanco: pureza, inocencia y el alma de los niños que regresan.
- Rojo: sangre y sacrificio; homenaje a quienes murieron por causas violentas o en defensa de otros.
- Verde: vida, juventud y la naturaleza que renace.
- Azul: vinculado al agua, elemento vital que calma la sed de las almas.
- Negro: el inframundo, el misterio y el respeto a la muerte.
¿Qué representa el papel picado como en el altar?
Colocado en la parte superior del altar, el papel picado representa el viento, uno de los cuatro elementos que equilibran la ofrenda junto con el fuego, el agua y la tierra. Su movimiento al paso del aire simboliza la presencia de los espíritus que visitan a sus seres queridos, mientras las figuras recortadas (flores, calaveras, cruces o soles) evocan el ciclo eterno de la vida y la muerte.
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