Seguramente estarás igual de sorprendido que nosotros, ¿cómo es posible que existiera un cuarto Rey Mago y no lo supiéramos?, y es que como saberlo, si no aparece en la biblia, y nunca se le habló de él a quienes tomaron clases de catecismo; ahora te contaremos quién fue Artabán.
Por extraño que te resulte, sí, no eran 3, si no 4 Reyes Magos, pero uno de ellos no pudo llegar al nacimiento de Jesús, su nombre era Artabán y cuenta la leyenda que también se guiaba por la estrella de Belén para llegar al niño Dios y el regalo que le ofrecería eran unas piedras preciosas.
En el relato se dice que Artabán llevaba un cofre lleno con las piedras preciosas, pero no pudo llegar al nacimiento de Jesús porque en su camino encontraba impedimentos, como personas pobres, enfermos o que necesitaban de su ayuda, por lo que interrumpía su camino para brindarles su apoyo y les daba una de sus piedras preciosas.
Se retraso tanto con el viaje, que cuando llegó a Belén, ya no encontró a Jesús, pues María y José habían huido a Egipto debido a que el Rey Herodes mandó a matar a todos los niños, pues temía que el llamado Rey de los judíos le arrebatará el trono.
Artabán encontró a Jesús cuando estaba en la cruz
El Rey Mago Artabán no pudo encontrar a Jesús y sin el apoyo de la estrella de Belén le fue imposible seguir su rastro, pero su búsqueda no cesó, cuenta la leyenda que siguió buscándolo en cada rincón de la tierra, al tiempo de que iba ofreciéndole ayuda a las personas que se encontraba en su camino.
Fueron más de 30 años de intensa búsqueda, hasta que está llegó a su fin cuando llegó a Jerusalén y se encontró con la noticia de que estaban por crucificar a un hombre, cuando Artabán se acercó a él reconoció la estrella de Belén en sus ojos y supo que a quien estaban lastimando era al niño que había buscando por mucho tiempo.
Sin embargo, la tristeza inundó su corazón, al sentir que había fracasado en su intento de encontrar al niño Dios, aún conservaba una piedra preciosa, pero ya no pudo entregársela, pues ahora Jesús estaba colgado en una cruz.
Se dice, que cuando Jesús resucitó, fue a buscar a Artabán, iluminando su habitación con una luz aún más intensa que la de la estrella de Belén y cuando el cuarto Rey Mago lo vio, se puso de rodillas ante él y le ofreció la piedra preciosa que había conservado para él.
Jesús miró a Artabán y le explicó que no había fracasado, puesto que realmente lo había encontrado durante toda su vida, en todas esas personas a las que había ayudado.
“Yo estaba desnudo, y me vestiste. Yo tuve hambre y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber. Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu camino”.
Ahora, la recompensa de Artabán, sería estar con Jesús en el reino de los cielos, por tantos regalos de amor que le brindó a los más necesitados.
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