Cuando un lomito se echa patas arriba y te enseña la panza, no solo quiere mimos… también está hablando contigo. Este gesto suele ser una señal de confianza total: el perro reconoce que estás en control y no representa peligro para él.
Pero ¡aguas! No siempre es por cariño. Si su cola está entre las patas o su cuerpo está tenso, podría estar mostrando miedo.
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