El paso más importante es el agua. Pide un corte limpio en la base cuando lo compres y, al llegar a casa, colócalo de inmediato en un soporte con agua fresca. Revísalo dos veces al día; si la base se seca, el pino deja de hidratarse.
El otro enemigo mortal es el calor. Mantén tu árbol lejos de chimeneas, ventanas soleadas y aparatos que calienten de más. Y si vas a poner luces, mejor que sean LED: brillan bonito y no lo resecan.
Con estos cuidados, tu pino se mantendrá firme, verde y listo para acompañarte toda la temporada.
Tragedia tras montar árbol de navidad








