El movimiento ocurrió frente a Misawa y provocó pequeñas olas de tsunami que alcanzaron hasta 70 centímetros. Las autoridades pidieron a la población mantenerse alerta ante posibles réplicas y reforzaron las evacuaciones en zonas de mayor riesgo.
En ciudades como Hachinohe y Sapporo, los residentes salieron rápidamente a buscar refugio tras sentir el temblor y ver calles cubiertas de vidrios rotos. Aunque se activó una alerta de tsunami, esta fue retirada horas después y no se reportaron daños en instalaciones nucleares.
Japón, ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, experimenta miles de sismos al año, pero este dejó claro que la naturaleza siempre tiene sorpresas bajo la manga.
Efecto Fujiwhara: la danza de los huracanes