Según estudios recientes, su menor consumo de alcohol —cerca de un 20 % menos— y el temor al “hangxiety” (resaca + ansiedad) están marcando la diferencia.
Evitar el alcohol les permite dormir mejor, concentrarse más y mantener la energía, generando un rendimiento superior en el trabajo. Para muchos, no es una estrategia de productividad, sino autocuidado; el efecto extra es que su claridad mental y creatividad se disparan.
Curioso, ¿verdad? La ventaja no está en lo que hacen, sino en lo que han decidido dejar de lado.
¿Quiénes conforman la Generación Z?