Lo que antes solo dolía por un picotazo, hoy podría salvar vidas. Investigaciones recientes muestran que el veneno de abeja contiene compuestos como la melitina que pueden atacar células cancerosas y frenar su crecimiento, incluyendo en casos de cáncer de mama. Este “remedio” natural, usado desde tiempos de Hipócrates para inflamación y otras dolencias, ahora se estudia por su potencial anticancerígeno.
Aunque aún es un campo en desarrollo, los estudios indican que estos péptidos pueden inducir apoptosis en células tumorales y limitar la proliferación del cáncer sin afectar tanto a las células sanas. Además, investigaciones sugieren que el contacto frecuente con abejas, como en apicultores, se asocia con menor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Sin duda, un ejemplo de cómo la naturaleza puede sorprender a la ciencia moderna.
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El sacrificio de la abeja melipona, ¡conócela!








