Lo que debía ser un momento épico para miles de seguidores de Messi terminó en enojo y caos. Después de pagar entradas costosas para verlo, los asistentes apenas pudieron observarlo unos minutos mientras caminaba por el campo rodeado de funcionarios que bloquearon su vista.
Cuando el astro argentino fue retirado rápidamente por el equipo de seguridad, la frustración explotó: algunos fans comenzaron a lanzar sillas y botellas, molestos por no haber podido verlo de frente.
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