Entre heno, cobertizos y atuendos de granjeros expertos, todos participaron en las labores del día, siempre bajo la dirección del Tío, quien no les perdió paso.
Además de alimentar a las ovejas, el equipo avanzó en la construcción del establo y la limpieza general de la casa. Las tareas fueron repartidas según los roles de cada uno, aunque no faltaron los roces. Manola protagonizó un momento destacado al levantar excremento de vaca mientras hablaba con la cámara y se quejaba de los conflictos que surgieron tras la pelea por ser “peona” y querer “jalar parejo”. La vimos intercambiar palabras con Lola Cortés, y aunque los micrófonos no captaron del todo la conversación, las expresiones de Manola lo dijeron todo: el ambiente estaba encendido.
Pero quien también encendió las cámaras fue El Patrón, que con su look de granjero sexy y serrucho en mano —muy al estilo Bob el Constructor— mostró disciplina, carisma y un físico que no pasó desapercibido.
Otro que se llevó miradas fue Eleazar Gómez, concentrado en la limpieza de una zona de la granja, preparando el espacio para las gallinas y el huerto.
Ambos se perfilan ya como los galanes del reality, regalándonos escenas que están dando mucho de qué hablar.
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