Como lo marca la tradición, los seres queridos se quedan entre nuestro mundo durante todos estos días, y el fin de semana los despiden en la llamada “Octava”.

Después de ocho días en el mundo de los vivos, las familias despedirán a sus “muertitos” con nuevas ofrendas. Con alimentos que acompañaran a las almas en su regreso al más allá.

Para los pobladores de Ocotepec, esta tradición es más personal a diferencia de la Cereada. Cada familia tiene un momento íntimo y especial para decirle adiós al menos por un año más hasta su regreso en la próxima temporada de muertos.