“Chumil” proviene del náhuatl chōmilli, que significa “olla” o “cazuela”, y se cree que hace referencia a la forma redondeada del cerro, que desde ciertos puntos parece una gran vasija invertida. Para los antiguos pobladores, esta silueta no pasaba desapercibida y terminó convirtiéndose en una marca de identidad local.
Con el tiempo, el Cerro del Chumil se volvió un punto de referencia natural, cultural y hasta espiritual, manteniendo viva una parte de la memoria indígena que aún respira en la región. Su nombre es un recordatorio de cómo el paisaje y la lengua se entrelazan para contar historias que perduran.
¡Sumérgete en la Magia de las Aguas Termales de Morelos!








