La figura muestra a un personaje sentado dentro de una cueva, rodeado de símbolos de lluvia, poder y fertilidad. Aunque su identidad exacta sigue siendo un enigma, muchos especialistas creen que podría representar a un gobernante en pleno contacto con fuerzas sobrenaturales, quizá un líder que buscaba legitimar su autoridad a través de lo divino.

Lo cierto es que esta imagen, tallada hace siglos, sigue capturando miradas por su estilo, su fuerza visual y todo lo que aún no entendemos de ella. Un recordatorio de que nuestras raíces están llenas de historias que todavía quieren contarnos algo.

Presentan Monumento 9 en Museo de Morelos