La pierna o lomo de cerdo al horno es jugosa, económica y perfecta para grandes mesas, sobre todo con un glaseado dulce. El pollo rostizado o relleno nunca falla: rápido, práctico y con la misma vibra de cena especial. Para algo más elegante, el roast beef se lleva las palmas, acompañado de puré y vegetales. Si prefieres algo ligero, el salmón al horno con limón o mantequilla de ajo es un hit. Y para cerrar, la lasagna festiva—de carne, pollo o vegetariana—se convierte fácilmente en la estrella de la noche.
Thanksgiving no necesita pavo para ser delicioso, solo buen sabor y buena compañía.
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