Pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia. Por ejemplo, cierra la llave mientras te cepillas los dientes o enjabonas los platos, y usa una cubeta en lugar de la manguera para lavar el coche. Instalar regaderas y grifos ahorradores también ayuda (tu recibo lo agradecerá).
Tremendo descubrimiento: la fertilidad femenina va más allá de los óvulos