El insomnio familiar fatal (IFF), es una de las enfermedades más raras y aterradoras que afectan al ser humano. Fue descubierta en la década de 1980 en familias italianas y españolas, y esta patología neurodegenerativa heredada puede afecta a aproximadamente una persona por millón.
Es causada por la acumulación anormal de proteínas priónicas en el cerebro, particularmente en el tálamo, región que regula el sueño y la comunicación neuronal, llevando a las personas a un deterioro irreversible que culmina en la muerte, pues no tiene cura.
¿Qué es el insomnio familiar fatal?
El IFF es una prionopatía hereditaria, y a diferencia del insomnio común, que responde a factores psicológicos o ambientales, además de que es progresiva e intratable. Suele manifestarse entre los 30 y 60 años, afectando a hombres y mujeres por igual.
Algunos estudios han demostrado que existe una variante esporádica sin herencia familiar, pero es menos frecuente. La enfermedad avanza en diversas fases:
- Inicial con síntomas sutiles.
- Insomnio total.
- Colapso neurológico.
¿Cuáles son los peligros del insomnio familiar fatal?
El insomnio crónico genera fatiga extrema, alucinaciones y deterioro cognitivo, similar a una privación de sueño prolongada que, en animales, causa la muerte. Posteriormente surge:
- Ataxia (pérdida de coordinación motora)
- Mioclonías (espasmos musculares)
- Demencia rápida
- Pérdida de peso drástica
- Disautonomía (sudoración excesiva, taquicardia, fiebre)
- Infecciones respiratorias por inmovilidad.
Sin un tratamiento efectivo, la esperanza de vida después del diagnóstico oscila entre los 7 meses y 6 años, con un promedio de 18 meses. Al ser hereditaria implica un 50 por ciento de riesgo para los descendientes.
¿Cómo saber si padeces insomnio familiar fatal?
Se requiere poner atención a los síntomas iniciales como astenia, ansiedad, depresión y dificultad para dormir, los cuales evolucionan a insomnio absoluto, cambios de humor y ataxia. Ante antecedentes familiares de demencia o trastornos del sueño, es importante consultar a un neurólogo. La detección temprana permite manejo sintomático como sedantes o soporte nutricional, aunque no detiene la progresión.
La medicina prehispánica









