Su historia comienza en China, donde se rompían figuras rellenas de semillas para celebrar el Año Nuevo. Marco Polo llevó la tradición a Italia, de ahí pasó a España y finalmente llegó a México, donde adquirió un sentido religioso durante las posadas.
La piñata tradicional tiene forma de estrella de siete picos, que representan los pecados capitales. Romperla con los ojos vendados simboliza la fe que vence al mal, mientras los dulces y frutas que caen son las bendiciones recibidas.
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