La razón es que esta zona, al estar expuesta al sol, puede sufrir fotosensibilidad cuando entra en contacto con los químicos de la fragancia, provocando manchas, enrojecimiento e incluso envejecimiento prematuro de la piel.

El riesgo no se limita a lo estético: algunos compuestos también pueden afectar las vías respiratorias, causando rinitis vasomotora, una inflamación que genera estornudos, congestión y molestias persistentes en personas sensibles.

Los expertos recomiendan aplicar perfume en la ropa o en áreas menos expuestas al sol, elegir fragancias certificadas y estar atentos a cualquier reacción inmediata. Con pequeños cuidados, el perfume puede seguir siendo parte de tu estilo sin comprometer tu bienestar.

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