¿Te ha pasado que saludas a alguien y de pronto olvidas su nombre? No eres el único.

Los psicólogos explican que los nombres propios son información arbitraria, no tienen un significado visual o emocional fuerte, por lo que el cerebro no los almacena con la misma facilidad que otros datos. Además, el estrés o la distracción pueden bloquear la memoria en el momento del saludo.

Entre las causas más comunes están:

  • Falta de atención al momento de escuchar el nombre.
  • Sobrecarga de información en la memoria.
  • Ansiedad social al interactuar.
  • Escasa repetición del nombre en la conversación.

Los expertos recomiendan repetir el nombre en voz alta, asociarlo con una imagen o característica de la persona, y mantener la calma para que la memoria trabaje sin presión.

Olvidar nombres es normal, pero con pequeños trucos podemos mejorar nuestra memoria y fortalecer nuestras conexiones sociales.