Los expertos en bienestar animal recuerdan que los perros son sociales por naturaleza: en la manada siempre están acompañados, y la soledad prolongada puede provocarles estrés, ansiedad o comportamientos destructivos.

Entonces, ¿cuál es el límite? Según especialistas, no deberían pasar más de 4 a 6 horas solos. Después de ese tiempo necesitan salir a ejercitarse, hacer sus necesidades y, claro, recibir cariño.

Si tu rutina implica ausencias largas, la solución está en buscar alternativas: un paseador, guardería canina o algún familiar que los acompañe. Esto evita que desarrollen problemas de conducta como ansiedad por separación (aullidos, destrozos, nerviosismo) o fatiga por aburrimiento extremo.

En resumen: los perros necesitan compañía tanto como agua o comida. Y aunque sean pacientes, no son máquinas de esperar.

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