Las caries en menores son una de las enfermedades más comunes en la infancia, y muchas veces pasan desapercibidas hasta que provocan dolor. Se trata de un proceso de deterioro del diente causado por bacterias que atacan el esmalte dental tras la ingesta de azúcares.
Identificar los primeros signos permite actuar a tiempo y prevenir complicaciones como infecciones, abscesos o pérdida temprana de piezas dentales, lo que puede afectar el desarrollo de la dentadura permanente.
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Signos y síntomas de caries en menores
Estas son las señales más comunes de que un menor podría tener caries:
- Manchas blancas o cafés en los dientes: suelen aparecer primero como puntos blancos opacos y luego pueden oscurecerse.
- Sensibilidad al frío, calor o dulces: si el niño se queja al tomar helado, bebidas calientes o comer dulces, puede ser señal de daño en el esmalte.
- Dolor de muelas: el dolor sin causa aparente, especialmente al masticar, puede indicar una caries ya avanzada.
- Mal aliento persistente: cuando hay acumulación de bacterias por caries activas.
- Inflamación o enrojecimiento en las encías cercanas a un diente: puede ser señal de infección.
- Cambio en el color o forma del diente: pérdida de brillo, hundimiento o pequeñas fracturas visibles.
¿Qué hacer ante la sospecha de caries?
Si un menor presenta alguna de estas señales, es importante acudir al dentista lo antes posible. Un diagnóstico oportuno permite tratar la caries de manera menos invasiva y evitar que avance hacia el nervio dental.
Además, es clave reforzar hábitos como el cepillado con pasta con flúor, evitar alimentos con alto contenido de azúcar y acudir a revisiones dentales cada seis meses.
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