No estás solo, desde hace siglos, los cementerios están rodeados de supersticiones que van desde lo curioso hasta lo espeluznante.
Se dice que las tumbas deben mirar al este para recibir el sol del Juicio Final, que si llueve sobre una tumba abierta traerá mala suerte, o que quien pisó una tumba sin querer… podría estar tentando al destino. También hay quienes aseguran que si eres el primero o el último en ser enterrado en un camposanto, tu espíritu se queda a cuidar a los demás. Por eso, antes de tu próxima visita, mejor evita señalar tumbas, sal siempre acompañado y, por si acaso, mantén los pulgares cerrados dentro del puño: dicen que así proteges a tus padres.
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