Es un video viral protagonizado por un tiburón con tenis, por un tronco, una bailarina con una taza por cafés, y más que cantan frases en falso italiano. Su ritmo es pegajoso, su estética absurda y los niños lo repiten sin parar. Pero lo que parece inofensivo, esconde frases ofensivas hacia figuras religiosas. Es parte de una tendencia digital llamada brainrot, diseñada para enganchar sin sentido ni filtro.

¿Fantasma en el cine? Captan a niña llorando en Mexicali