Científicos han descubierto que ciertos alimentos alteran el aroma natural de la piel. Por ejemplo, frutas, verduras y granos integrales pueden darle un toque más fresco y agradable, mientras que la carne roja, el ajo o el alcohol pueden intensificar olores menos deseados.

Esto pasa porque los compuestos que ingerimos se eliminan por el sudor, y algunos se notan más que otros. Incluso el café o las especias pueden dejar su “firma” aromática por horas.

Así que, si tu crush te dice que hueles bien, tal vez tengas que agradecerle a tu ensalada (o culpar al asado del domingo).

En resumen: lo que comes no solo se nota en tu energía, ¡también en tu aroma!

Café, vino y chocolate: los placeres que el clima podría volver un lujo