Su textura es más líquida, su sabor más ácido y su aroma… simplemente único. Además, se considera medicinal: ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, cuidar la piel y hasta aliviar molestias en los ojos (sí, así de poderosa).

Los mayas la llamaban “dama real”, y la usaban en rituales y remedios tradicionales. Hoy, su producción artesanal busca rescatar esta tradición milenaria y proteger a las abejas meliponas, esenciales para la biodiversidad.

Así que la próxima vez que pruebes miel, busca la melipona: más que un endulzante, es una cucharada de cultura y naturaleza pura.

El sacrificio de la abeja melipona, ¡conócela!