Aunque la ceremonia no tiene validez legal, tuvo todo: vestido blanco, anillos, invitados y hasta luna de miel virtual. La protagonista, Kano, conoció a “Klaus” después de una ruptura amorosa y, entre consejos y charlas, terminó enamorándose de su IA.

Kano incluso diseñó cómo se vería Klaus y usó lentes de realidad virtual para “encontrarse” con él durante la boda. Su familia, aunque al inicio sacada de onda, terminó apoyándola. Ella asegura que no lo ve como humano ni como herramienta, sino simplemente como Klaus.

Eso sí, también acepta que la IA puede reprogramarse y la relación podría cambiar en cualquier momento. Estas bodas simbólicas son organizadas por especialistas en uniones entre humanos, animes e inteligencias artificiales.

Fake News que parten de la Inteligencia Artificial