El pericón es una planta que en cada invierno parece secarse, pero en junio vuelve a brotar con tallos que pueden medir de 30 a 90 cm. Localmente, se sabe que una infusión de esta hierba es un remedio rápido contra “la cruda”: basta beber un té para que el dolor estomacal desaparezca en pocos minutos.
Además de sus usos tradicionales, la ciencia ha estudiado sus aceites esenciales, ricos en compuestos como metil cavicol, metil eugenol y anetol. Estos han mostrado propiedades para repeler insectos, combatir bacterias que causan enfermedades respiratorias y gastrointestinales, afectar a los ácaros y hasta actuar como relajante natural.
El pericón no solo es parte de nuestra cultura ancestral, también es un tesoro medicinal con mucho potencial que aún falta por explorar en México.
Titilchate: La bebida ancestral del oriente de Morelos