Los Ojitos de Agua de Cuauchichinola volvieron a la vida después de ocho años sin una gota de agua. Hoy lucen con tonos azules, aguas cristalinas y una corriente que crece día con día, un hecho que habitantes describen como un verdadero milagro de la naturaleza. Tras el sismo de 2017, el manantial se secó por completo y permaneció así durante años.
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