“Bebe leche para crecer fuerte”, nos decían de niños. Pero ya adultos, muchos se preguntan: ¿todavía vale la pena? La ciencia dice que sí… pero con matices. Expertos aseguran que la leche sigue siendo una gran fuente de calcio, proteínas y vitaminas, siempre que no tengas intolerancia.
Aunque el exceso (sobre todo de leche entera) podría traer efectos no tan buenos. Y claro, las bebidas vegetales —de avena, soya o almendra— ganan terreno como opción más ligera y ecofriendly, aunque con menos nutrientes si no están fortificadas.
En resumen: la leche no es mala ni milagrosa. Si te cae bien, disfrútala; si no, el brócoli también tiene su encanto.








