¿Hormigas voladoras como manjar gourmet? ¡Sí, hablamos de las chicatanas!
En Morelos, con las primeras lluvias, llega también una antigua tradición culinaria: la recolección de chicatanas, unas hormigas voladoras que, desde tiempos prehispánicos, han sido valoradas no solo por su sabor, sino por su significado cultural.
Las hormigas chicatanas, conocidas como “culonas” o tzicatl en náhuatl, emergen de sus nidos entre mayo y junio, justo cuando inician las lluvias. Son las reinas de las llamadas hormigas arrieras o cortadoras de hojas, y su salida marca un momento clave para los recolectores, que deben madrugar —o incluso pasar la noche en vela— para atraparlas.
Algunas personas esperan a que salgan solas. Otras optan por destapar los nidos, pero cuidando de cubrirlos después para no interrumpir el ciclo natural de esta especie. Porque sí: además de ser parte de la identidad gastronómica, también son un recurso que debe protegerse.
Doradas, en mole o en salsa, su sabor es tan especial que ya figuran en menús gourmet. Investigadores de la Universidad Veracruzana confirmaron su alto valor proteínico y su contenido en aminoácidos esenciales.
En códices antiguos ya aparecían glifos con su imagen, y en algunos pueblos se les llama hormigas sanjuaneras, pues coinciden con las lluvias cercanas al Día de San Juan. Para los españoles, su consumo fue un choque cultural: un insecto que para ellos era plaga, aquí es manjar, medicina y hasta símbolo sagrado.
¿Tú ya probaste las chicatanas?
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¿Ya viste las hormigas voladoras? ¡Es tiempo de chicatanas en Morelos!