En tiempos donde todo dice ser “natural”, hasta la miel nos puede jugar chueco.
- Lee la etiqueta. Si dice “mezcla de mieles de varios países” o, peor, aparece “jarabe de glucosa y fructosa”, huye. La miel buena siempre indica dónde fue producida, elaborada y envasada.
- Textura. La miel natural se cristaliza con el tiempo; es normal y es señal de calidad. La artificial, en cambio, puede pasar años líquida como si fuera jarabe. Si cae demasiado rápido, sospecha.
Con estos trucos, tu pan tostado y tu salud te lo van a agradecer.
Bajar de peso sin sufrir: integra más vegetales a tu dieta y observa los resultados








