Desde nuestros antepasados, la flor de pericón ha sido utilizada como un escudo ante las malas vibras. En la actualidad, estas tradiciones siguen más vivas que nunca.

En tiempos prehispánicos, el pericón se usaba como ofrenda a Tláloc para proteger cosechas. Con el tiempo, esta flor silvestre se convirtió en símbolo espiritual. Su aroma intenso y su color dorado se asocian con la luz, la pureza y la defensa contra lo negativo. Actualmente en Morelos la tradición es colocar cruces de pericón en puertas, ventanas y autos para ahuyentar malos espíritus.

La flor de cempasúchil: símbolo de tradición