No eres tú: es tu cerebro. Según estudios citados por Scientific American, durante la fase REM —cuando soñamos— las zonas encargadas de guardar recuerdos, como el hipocampo, están medio dormidas. Resultado: las historias oníricas se esfuman antes de que puedas contarlas.

Dormir menos de siete horas también juega en contra, porque reduce el tiempo de sueño REM. Curiosamente, las personas jóvenes, creativas o introspectivas suelen recordar más lo que sueñan. Y sí, se puede entrenar la memoria onírica: al despertar, no te muevas, repasa lo que recuerdes y escríbelo antes de que se borre.

Olvidar los sueños no es un error del cerebro, es su manera de hacer limpieza mental. Así que la próxima vez que te preguntes qué soñaste… quizá tu mente solo esté cuidando su espacio de almacenamiento.

Diferencia entre rayo, relámpago y trueno