Este insecto suele esconderse en techos, paredes y rincones oscuros de las casas, especialmente en zonas rurales o con poca ventilación. Al picar, puede transmitir un parásito que, con el tiempo, daña el corazón y el sistema digestivo.
El contagio no solo ocurre por la picadura: también puede darse por transfusiones contaminadas, alimentos infectados o incluso durante el embarazo, de madre a hijo.
Los síntomas son fiebres altas, malestar general, y enrojecimiento donde pica. Por eso, autoridades piden revisiones médicas oportunas y mantener los hogares limpios y libres de rincones oscuros.
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