Investigadores identificaron dos tipos de células clave afectadas por el trastorno: las neuronas excitadoras, que influyen en el ánimo y el estrés, y las microglías, encargadas de regular la inflamación cerebral.

Estos hallazgos confirman que la depresión tiene una base biológica y genética, y podrían abrir la puerta a tratamientos más precisos. En pocas palabras, este trastorno no es solo emocional: también se escribe en el lenguaje de nuestras células.

La ciencia sigue descifrando el mapa oculto de la mente… y cada avance nos acerca más a entender cómo sanar desde adentro.

Este simple hábito puede transformar tu salud mental