La mioquimia es ese movimiento involuntario del músculo que parece una mini ola bajo tu piel, como si caminara solito. Y sí, lo más común es que aparezca en el párpado, ese molesto “tic” que te hace sentir que tu ojo tiene vida propia.
Sus síntomas son claros: contracciones finas, temblorosas y repetitivas, que pueden durar segundos o incluso días enteros. Normalmente va y viene, y aunque incómoda, la mayoría de las veces no es peligrosa.
¿La causa? Los sospechosos de siempre: estrés, desveladas, exceso de cafeína y fatiga acumulada. Pero ojo —literal— porque también puede estar relacionada con daños en nervios, problemas de columna, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple o incluso complicaciones más serias.
El dato importante: si tu tic desaparece después de descansar o bajar al café, tranquilo. Pero si persiste por semanas o viene acompañado de otros síntomas, es momento de visitar a un especialista. No lo dejes pasar.
Así que la próxima vez que tu ojo empiece a bailar sin permiso, ya sabes: puede ser un recordatorio de que necesitas bajar el ritmo.
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