Ahí los difuntos, lo último que hacen, es descansar: el está oculto entre ramas, con montañas de hierba apilada que nadie recogió y unos baños que mejor ni hablamos, porque corremos el riesgo de morirnos del puro asco. Dicen los vecinos que el ayuntamiento de Jantetelco anda aplicando la modalidad de “mantenimiento fantasma": esa que no se ve, no se siente, pero bien que asusta.

JUSTO EN EL BLANDO: El drama de la ayudantía de Amayuca, ubicada en Jantetelco