El huitlacoche, conocido también como “caviar mexicano”, es un hongo que crece en las mazorcas de maíz y que durante siglos ha sido parte de la cocina tradicional del país. Aunque su aspecto oscuro y terroso puede sorprender a primera vista, en la gastronomía mexicana se le aprecia como un ingrediente con gran valor cultural y culinario.
Su nombre proviene del náhuatl cuitlacochi, que se interpreta como “excremento del cuervo” o “maíz dormido”, en referencia a su color y a la transformación del grano cuando es invadido por el hongo. Lejos de ser un desecho, este alimento es considerado un manjar en comunidades indígenas y ha ganado reconocimiento internacional.
¿A qué sabe el huitlacoche?
Aquí depende del gusto de la persona quien lo pruebe pero la mayoría concluye que el sabor del huitlacoche es único: terroso, ahumado y ligeramente dulce, con un toque que parecido a los champiñones mezclados con maíz. Esta combinación lo hace ideal para guisos, sopas y rellenos, pues aporta una textura cremosa y un aroma intenso que realza los platillos.
Platillos más populares con huitlacoche
Entre los usos más comunes están las quesadillas, crepas, sopas y tamales, además de salsas y rellenos para carnes. En la alta cocina, chefs lo han incorporado en risottos, pastas y hasta en postres experimentales, destacando sus cualidades como producto gourmet.
De plaga a manjar; el huitlacoche no es igual visto en otros países
En países como Estados Unidos, el huitlacoche era visto como una plaga del maíz, pero en México se convirtió en un símbolo de identidad culinaria. Actualmente se exporta enlatado y fresco a distintos países, donde es cada vez más valorado por sus propiedades nutricionales y su rareza. ¿Y a ti, te gusta el huitlacoche?
Sopa del cazahuate: Emblema Morelense